top of page

Inugami significa “Dios perro”. No es exactamente un yokai, sino un espíritu animal que es llamado para ejecutar una venganza o proteger una familia. Aquellos que poseen un inugami son llamados Inugami-mochi, que significa “poseedor de inugami”. Estas criaturas pertenecen a una variedad de hechicería llamada Kojyutsu, prohibida hace unos mil años, en la era Heian.

Para invocarlo, atamos o enterramos el perro hasta el cuello y lo dejamos sin comer varios días. Se le deja comida cerca, pero de forma que no pueda alcanzarla. Mientras tanto, el amo le repite que el sufrimiento que padece no es más grave que el que padece él mismo y su familia. Tras morir de inanición, se le corta la cabeza y el perro se convierte en inugami. La cabeza irá sola a comer la comida y luego se guarda como amuleto. Si la adoras, después puedes pedirle que le eche un mal de ojo  alguien. Otro método es encerrar a varios perros sin agua ni comida para que se devoren entre ellos. Luego se corta el cuello del animal que muera último y este será el inugami.

En una de las leyendas inugami, este ejecutó la venganza que le pidió una anciana, pero después la mató debido a la dolorosa muerte que le hizo padecer. En otras historias, el inugami trata de volver a su antiguo cuerpo, pero lo encuentra inhabitable por su estado de putrefacción y posee el cuerpo de su amo. El amo, poseído por el inugami, se cura de enfermedades y dolencias, pero empieza a comportarse como un perro. Pero el inugami también puede ser un ser benigno que da buena fortuna.

Inugami, el Dios perro

bottom of page